Noticia del Heraldo sobre el castillo de Maella: "Un castillo en busca de mecenas".


El periodista Mariano García continua con su serie de articulos sobre el patrimonio de Aragón en Peligro, en esta ocasión se acerca al castillo de Maella.


Del castillo de Maella lo que más impresiona es pensar lo que debía ser en el siglo XVIII, cuando tuvo que estar en pleno esplendor, y poco antes de que fuera incendiado en las guerras carlistas. Hoy solo quedan en pie los muros exteriores, parte de la muralla y algunos elementos decorativos cuya riqueza da fe de que el edificio era algo notable, muy notable.

Después del incendio de 1837 quedó abandonado, y desde entonces el deterioro fue progresando. Fue objeto, incluso, de algún derribo. "Se conservan bastante bien unas bodegas, cuya amplitud hizo que fueran escogidas como refugio para bombardeos durante la guerra civil -relata Antonio Tudó, alcalde de la localidad-. Para mejorar su aislamiento, creo que incluso se hizo caer algún piso sobre las bodegas para que hubiera más tierra encima".

Desde el año 90 hasta hoy se han realizado tres pequeñas intervenciones en el conjunto para garantizar su supervivencia. "Ya que está dentro del pueblo y que puede crear un problema a la propia población -añade el alcalde-, nos gustaría que hubiese mejor conservación o que la Diputación General de Aragón emprendiese alguna intervención más, sobre todo de consolidación. En los últimos seis años sí que se han hecho cosas, pero yo creo que no son suficientes. No pierdo la esperanza, tampoco voy a reblar, vamos a ir continuamente a insistir sobre el tema, y espero que al final consigamos algo".

Manuel Giménez, presidente de la Asociación de Amigos de los Castillos de Aragón, va un poco más lejos: "Con el castillo de Maella lo que hay que hacer es limpiar y consolidar los muros; reconstruir y echar cerramientos a todo el castillo. Lo que está claro es que eso no se puede perder: es mucho mejor tener una ruina visitable que no tener nada, y Maella, con la ruina reordenada, sería otra cosa. Las ruinas, cuando se cuidan, se visitan".

En los últimos años se han emprendido restauraciones muy importantes de castillos, desde Navardún a Calatayud, pasando por Biel, Monzón, Luzás, Cedrillas... Pero eso no impide que otros muchos sigan en peligro, como los de Santias, Marcuello, Monreal de Ariza... Hace tan solo unos días entraba en la Lista Roja del Patrimonio español otro castillo aragonés: Langa. Se trata de uno de los castillo-refugio más importantes de Aragón, cuya torre/puerta de entrada está a punto de caerse.
La cuestión de la utilidad
Aragón tiene más de 1.000 castillos, aunque Patrimonio solo ha incluido en su catálogo a unos 700. Son, todos, Bien de Interés Cultural, y gozan de la mayor protección que otorga la Ley de Patrimonio. Sin embargo, cualquiera puede ver que es imposible pensar en la posibilidad de restaurar 1.000 castillos, ni siquiera 700.

"No podemos restaurar todos los castillos-, pero sí consolidar los que estén en peligro; y los que tienen potencial, darles un uso y convertirlos en reclamo turístico -asegura Luis Zueco, de la citada asociación-. El turismo cultural está creciendo rápidamente y reclama información y que las cosas se hagan bien, ya que es mucho más exigente que el turismo de playa, por ejemplo. Y ya que en Aragón no tenemos playa, pero sí cientos de castillos, deberíamos aprovecharlos. La idea no es restaurar un castillo y no darle uso, la idea es recuperarlo para darle una utilidad. Hay zonas de Aragón donde la densidad de castillos es tan importante que su utilización turística podría dinamizar toda la zona".

Ideas exitosas no faltan, y Zueco ha ido recogiendo unas cuantas. Por ejemplo, en Cataluña, la Diputación de Lérida y la Fundació Castells Culturals de Catalunya han firmado un convenio de colaboración que tiene como objetivo aprovechar los castillos para crear turismo que ayude a dinamizar la economía de estas zonas. Se ha creado un centro de interpretación de castillos y la 'Ruta dels Castells de Frontera', que atraviesa Cataluña desde Tarragona hasta el Pirineo de Lérida.

En La Rioja, La Asociación de Amigos de los Castillos de La Rioja proyecta diseñar una ruta turística por las fortalezas de La Rioja Baja. En Jaén, Ciudad Real y Granada se ha creado la 'Ruta de los Castillos y las Batallas' para potenciar el turismo. En Extremadura y Portugal se ha creado 'La Ruta de las Fortificaciones de la Frontera', que es uno de los mayores reclamos turísticos de la zona. En Valladolid hay una 'Ruta de los Castillos' perfectamente indicada. Y existen muchos más ejemplos.

"Los castillos que estén en ruina total debemos consolidarlos -concluye-, porque es nuestra obligación proteger nuestro patrimonio, porque son parte de nuestra cultura, de nuestra herencia y, por tanto, de nosotros mismos".

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